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¡Hola! Me llamo Shalynn Pack. Mi esposo Adam y yo somos los orgullosos padrinos de Angelina, (de 10 años), una niña lista de Colombia, y Kenny (de 16 años), un adolescente serio e inteligente de Ecuador. (Antes apadrinábamos a Bernardita, quien ahora tiene 17 años, de Chile.)
Adam y yo empezamos a apadrinar a través de Children International en 2009 siendo jóvenes estudiantes universitarios, enamorados, pero apenas llegando a fin de mes con lo poco que ganábamos. Para ser honesta, tenía mis dudas cuando me inscribí —¿realmente recibirían este dinero los niños?—. ¿Podríamos permitirnos el lujo de contribuir en ese momento? Sin embargo, el alegre y apasionado voluntario de CI nos convenció de inscribirnos, y me prometí que no compraría café ni dulces en el campus para compensar la diferencia en mi cuenta bancaria.
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El apadrinamiento nos enganchó cuando comenzamos a escribir cartas a nuestros niños apadrinados. Hemos aprendido mucho acerca de ellos a través de nuestra correspondencia:
Después de varios años de corresponder, sabíamos que ya era hora de que conociéramos en persona a los niños. ¡Así comenzó nuestra gran aventura!
Cuando Adam y yo nos graduamos de la universidad en 2010, planeamos el gran viaje —una excursión de 6 meses que nos llevaría desde Ecuador hasta Chile. Podríamos visitar a Kenny en Guayaquil cuando llegamos y a Bernardita en Valparaíso antes de dejar el continente. Nos reunimos con Kenny dentro de la primera semana de nuestra aventura.
Al entrar en las instalaciones de CI en Guayaquil, Ecuador, nos sentimos emocionados y conmovidos. El personal nos presentó a Kenny mientras él estaba en una clase de informática en el centro comunitario. En aquel entonces de 10 años de edad, él era muy tímido y entusiasmado. También conocimos a su mamá y hermana en casa, la cual tenía un techo de hojalata, un estante y una cama para los tres. Nos sentimos muy honrados cuando Kenny nos mostró una de sus únicas posesiones: un álbum de todas las fotos que Adam le había enviado.
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Cinco meses más tarde, después de muchas aventuras y una increíble propuesta de matrimonio en Machu Picchu (¡bien hecho, Adam!), aterrizamos en Valparaíso, Chile, para conocer a Bernardita (entonces de 11 años). Ella fue muy cortés, amable y tímida en nuestro primer encuentro.
Fue genial verla abrirse poco a poco después de jugar en un centro comercial, caminar en la playa y visitar su casa en las afueras de la ciudad. La casa de dos habitaciones alojaba su abuela, su abuelo, su primo y su mamá, quien necesita atención constante debido a una discapacidad del desarrollo.
Mientras la abuela de Bernardita horneaba pan para nosotros en su horno de piedra, Bernardita me mostró el álbum de fotos de su familia. Las fotos relataron una historia de estabilidad económica y luego una de pérdida después de que su padre falleció.
Volvimos a llorar cuando Bernardita nos mostró las fotos que adornaban la pared —eran las fotos que le habíamos enviado—.
Por la tarde, caminamos por el bosque detrás de la casa y recogimos zarzamoras, disfrutando los últimos momentos de nuestra maravillosa visita y el final de nuestra aventura de seis meses.
En 2015, después de cinco años de trabajo y del posgrado, Adam y yo habíamos ahorrado suficiente dinero para hacer un viaje invernal a Colombia. Habíamos oído de sus hermosas playas, selvas densas y cultura vibrante, pero lo que más nos atrajo fue el hecho de que Angelina estaba allí.
Me di cuenta mediante sus cartas que ella era una niña inteligente y entusiasta —dentro de pocos días de recibir las cartas, ella respondía con dibujos detallados do los animales silvestres y los lugares de los cuales le había contado en mis cartas—.
Llegando por avión a la antigua ciudad amurallada de Cartagena, traté de adivinar en qué parte de la ciudad vivía ella y cómo era su vida allí. No podíamos visitar su casa ya que el barrio de Angelina se vuelve demasiado peligroso los fines de semana. Sólo podía suponer lo que esto significaba en la vida cotidiana de una niña de 9 años de edad.
Al día siguiente, Angelina entró en nuestras vidas fisicamente como la niña más amable, más entusiasmada y más inteligente de toda la ciudad. La mamá de Angelina había rizado y colocado una diadema floral en su pelo para corresponder con su vestido blanco y planchado. Angelina no era nada tímida. De hecho, hablaba más que su madre, quien era amable, tranquila y obviamente fuerte.
Aprendimos que cuando Angelina estaba recién nacida, su mamá les trasladó a Cartagena en busca de una vida mejor; su hogar en la costa pacífica de Colombia es una región con pocas oportunidades económicas, infraestructura mínima y mucho tráfico de drogas. Habían estado formando una vida en la ciudad durante los últimos años, y su mamá le estaba dando a Angelina una niñez maravillosa. La niña dulce sobresalía en la escuela y tenía buenos amigos.
Durante nuestra visita, le di a Angelina un oso panda de peluche que me encantaba de niña. Sus ojos brillaban. Ella llevó a “Panda” a todos los lugares donde fuimos —al centro comercial donde comimos helado y al famoso castillo de Cartagena, donde exploramos cada rincón—. Angelina escaló las paredes del castillo, alternando entre saltos para abrazarme y parándose serenamente al borde del castillo en contemplación de su ciudad.
Ahora en sus cartas ella incluye dibujos de “Panda” jugando con ella en la playa, traveseando en su casa y estudiando.
Cuando nos inscribimos como padrinos por primera vez, sabíamos que era lo correcto —era importante compartir la riqueza y la abundancia que por suerte teníamos—. Una gran parte del mundo tiene tan poco mientras nosotros tenemos mucho.
Sin embargo, con el tiempo, he notado que no se trata tanto del dinero que reciben nuestros apadrinados sino del cariño que tenemos y la relación que construimos el uno con el otro.
Aunque los servicios sociales que reciben los apadrinados son vitales para su seguridad y desarrollo, el hecho de que ellos saben que hay alguien al otro lado del mundo que se preocupa por ellos es igual de importante.
Una persona puede marcar la diferencia para una niña al otro lado del mundo al mostrarle que ella es una persona especial, estimada y animada a superarse.
A pesar de que el ayudar a una sola persona puede parecer una gota en el océano, Children International es prueba viviente de que esa gota puede ser el mundo entero de esa persona. De esta manera, al transmitir el amor y el apoyo uno por uno, mejoraremos el mundo.
Comentarios
liro456
jul 16, 2016
What an amazing story...thank you for sharing your sponsorship story and showing others how important and rewarding it can be for both sponsor and sponsored child!
ben33156
oct 5, 2020
I’ve sponsored 7 children through the years and right now 4. Archie is amazing and writes such great letters & he feels like part of our family. Lhenz is reserved but a bright and happy child. Joseph is younger and always has a smile on his face and Mary has never written a letter to me only her grandmother has & Mary is old enough to write to us but chooses not too. You don’t have the same connection with a child who refuses to write her own letter. That has made me sad & I’ve asked many times. She’ll draw us a picture and we are happy she will at least do that. I’d love to visit at least Archie but all if possible. I don’t think we could afford the trip. But our communication and help will always be there for these children.
MarthaGregurovic
ene 14, 2021
Beautiful stories and blessings to the Sponsors.
chrisdan14
may 12, 2021
What a beautiful story you shared of your three children you sponsor! I have sponsored many children but my most recent was Clement from Zambia who graduated high school and is now attending college and Brithany 18 from Quito and Geremy 18 from Dominican Republic. Brithany just graduated from high school both her & Geremy will soon be 19 and out of the program. I went to Dominican Republic Santo Domingo where I met Geremy & his Mother. It has been a joy to sponsor these beautiful children!
Tialisa_67141
jun 16, 2021
Loved reading about your trips. I have sponsored 2 children this year in Columbia and I hope to meet them in the future. They are both 16
nxkural
mar 9, 2022
Very inspiring and thanks for sharing your experience!
Virginia_efed5
ago 28, 2022
Wow! This has touched my heart and encouraged me to
Keep going with my donation. I know what God has clases me to do but sometimes the negative voices can weigh in our minds. Thank you for sharing such a detailed experience. So grateful! God bless and keep using you for His glory!
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