- Perspectivas mundiales
- Momentos felices
Por definición entendemos compartir como la acción de dar a otra persona una parte de lo que tenemos para que ambos podamos disfrutar de ello. Por otra parte, también podemos entenderlo como un gusto, una situación o alguna circunstancia que dos o más personas viven de forma similar o simultánea. Sin embargo compartir puede tomar rumbos impresionantes y magnitudes asombrosas.
El simple hecho de comunicar implica compartir, ya sea que se trate de ideas, emociones, sentimientos o dudas. Al comunicarnos entre nosotros estamos dando un poco de lo que tenemos en nuestra mente a alguien más. Creo que a todos nos ha pasado, que hay un punto que el hecho de compartir algún problema que tenemos, al decirlo en voz alta, podemos verlo desde otras perspectivas. Es una sensación de alivio y recibir empatía nos tranquiliza y esto es de gran ayuda para resolver ese problema.
En Children International amamos compartir, y día con día vemos los efectos que esta acción representa: los padrinos que comparten su tiempo con las chicas y los chicos que apadrinan representan una motivación asombrosa. Hacen que recordemos que no estamos solos en el mundo, nos tenemos los unos a los otros para tendernos la mano.
En los centros comunitarios, los voluntarios y aquellos que gozan del beneficio del apadrinamiento, experimentan una fuerte sensación de agradecimiento cuando adquieren nuevos conocimientos. Las barreras con las que se habían topado desaparecen y el mundo adquiere nuevas dimensiones. Este agradecimiento se transforma en un motor que les llena de energía. Por eso es común ver a los jóvenes compartir lo que aprenden a los más pequeños, a sus amigos de la comunidad y a quién se acerque con el interés de aprender.
¿Qué pasa entonces cuando compartimos? Lo que sucede es casi mágico, construimos una cadena que nos impulsa a recorrer grandes distancias, a cumplir nuevas metas, a sentirnos parte de algo grande. Experimentamos una satisfacción incomparable, porque el día que aprendemos algo nuevo y nos ayuda a ampliar nuestra perspectiva, nos hace querer saber más. Nos damos cuenta de que hay muchas cosas que no sabemos y empezamos a tener hambre de conocer, y también de compartir aquello que nos ha hecho emocionarnos.
Así es como rápidamente nuestras comunidades crecen de la mano y superan adversidades. A fin de cuentas, ¿qué es una comunidad sino una familia muy grande?
Estar dentro de Children International ha sido una experiencia digna de compartirse. He aprendido de otras culturas, otras visiones y de la gente que vive en mi propio país y que no hubiera podido conocer de no estar dentro.