Le presentamos a Rafaela. A pesar de la incertidumbre en sus ojos, esta pequeña, sentada cerca de su casa en una de las laderas que rodean la ciudad de Quito, nos insinúa una hermosa sonrisa. Su ituación económica es tal que cualquier niña de 5 años de edad como Rafaela podría perder esa distintiva etapa de exploración, descubrimiento y maravilla.
En Ecuador, el 21.5% de la población vive en situación de pobreza, un problema que ha persistido por generaciones. Es una situación en la que los niños generalmente no poseen las habilidades, los recursos ni los conocimientos para romper este círculo vicioso de la pobreza.
Rafaela también enfrenta otros problemas que afectan a niñas como ella: La desnutrición puede resultar en numerosos problemas de salud con el paso del tiempo, tal como la pérdida de concentración en la escuela. Para empeorar la situación, el sistema educacional sufre de aulas hacinadas y maestros agotados. Todo esto contribuye a un índice más alto de deserción escolar.
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El hogar de Rafaela está formado de bloque y concreto. La primera planta consta de tres pequeñas habitaciones que contienen cuatro camas para la familia entera. Rafaela duerme con sus padres, una situación que se volverá cada vez más incómoda a medida que ella crezca.
Rocío, la mamá de Rafaela, es ama de casa. Su papá, Segundo, trabaja como mensajero para una pequeña empresa en Quito mediante el cual gana alrededor de US$350 al mes.
Debido a sus escasos ingresos, las comidas diarias son muy sencillas. "En la mañana les doy leche con huevos", explica Rocío. "Por la tarde, cuando van a la escuela, a veces arroz con pollo cuando nos sobra". La familia obtiene agua potable a través de un sistema de agua potable público.
Hay millones de niñas como Rafaela que al crecer en familias de escasos recursos no cuentan con muchas oportunidades de salir adelante.
Sin embargo, Rafaela es alguien que encuentra alegría en cosas sencillas, como cantar, bailar y jugar con muñecas. Ella también nos confiesa que le gusta ir a la escuela y colorear dibujos con su hermanita.
Rafaela y su familia se sienten orgullosos de formar parte de Children International y agradecidos de recibir el apoyo de su padrino. Rocío apoya como voluntaria y le gusta pasar tiempo en el centro comunitario de CI. Ella espera continuar dándoles a sus hijos la oportunidad de estudiar, ya que ella reconoce que la educación es fundamental para romper el círculo vicioso de la pobreza.
Busque a niñas como Rafaela quienes necesitan su apoyo.
CI ofrece programas y espacios seguros donde las niñas como Rafaela pueden acudir y permanecer saludables, recibir asistencia escolar, desarrollar su autoconfianza y adquirir habilidades laborales que les ayuden a superarse.
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