Motivación para seguir adelante

Edwin y sus padres están muy orgullosos de su negocio familiar.

Edwin, un graduado del Programa de 21 años de edad, parecía estar destinado a seguir los pasos de su padre Esteban.

Sin formación formal, Esteban comenzó a ganar dinero cuando era niño trabajando en grandes fincas en Guatemala. “El trabajo era intenso, en condiciones duras, bajo un fuerte sol”, dice Esteban. “Tenía sed y hambre. El salario era siempre muy bajo. Nunca pudimos salir adelante”. El trabajar sin descanso por poca paga puede ser desmotivador, y Esteban sabía que no quería que sus cinco hijos, entre ellos Edwin, tuvieran esa suerte.

Una oportunidad

Esteban y su esposa Marta inscribieron a Edwin en el programa de Children International a los 8 años de edad. Los beneficios médicos y educacionales que recibió fueron una gran ayuda para su familia, quienes ganaban tan solo US$118 al mes. Sin embargo, el beneficio más grande fue el Programa de Empleabilidad Juvenil de CI. Mediante este programa, Edwin adquirió habilidades de vida que le prepararon para encontrar empleo digno.

Edwin usó sus nuevos conocimientos enseguida. En el plazo de un año, él desarrolló un plan de negocios y lanzó su negocio de crianza y venta de pollos.

Él decidió dedicarse al cultivo del pollo porque vio demanda. “Pensé en tener un negocio para ofrecer algo que faltaba en mi comunidad”, explica Edwin. “No hay supermercados cerca. Entonces pensé ‘Puedo criar pollos y venderlos’”.

Un beneficio inesperado

Edwin y su familia trabajan juntos en el negocio de cultivo y venta de pollos, el cual está progresando económicamente. Este negocio también les ha dado a todos ellos un propósito en la vida y aumentado su autoestima.

“Con este proyecto me siento útil. Siento que no soy el único que se está superando; mi familia entera está saliendo adelante”, explica Edwin.

Su padre concuerda. “Antes de que tuviéramos este negocio, no había mucha motivación para seguir adelante. Ahora tenemos motivo para seguir luchando”.

Incluso Marta, quien ha contribuyendo bastante como ama de casa, se siente realizada. “Ahora yo también estoy involucrada en el negocio. Ahora siento que puedo aportar económicamente”, confiesa ella.

Un plan para prosperar

Por medio de su pollería, Edwin y sus padres están creando un futuro mejor para sí mismos. “Estamos aprovechando esta oportunidad en familia. Estamos aprendiendo y todos nos estamos beneficiando”, añade Marta.

No obstante, Edwin no planea detenerse; a él le gustaría estudiar ganadería en la universidad.

“Me siento agradecido y también estoy comprometido a seguir adelante”, explica él.

Orgulloso de su trabajo y con el apoyo de su familia, Edwin ciertamente va por buen camino.

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