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Según las Naciones Unidas, hay 750 millones de adultos analfabetos, y dos tercios de ellos son mujeres. Para las familias en situación de pobreza, puede ser imposible que los niños participen en actividades de educación temprana en casa como escuchar cuentos o identificar letras y palabras, ya que muchas veces sus padres no tienen la capacidad de enseñarles.
Así fue con Tatiana y su mamá, Carmen, en Ecuador (arriba). Carmen calcula que tiene unos 46 años, pero no sabe por seguro porque no recuerda su fecha de nacimiento. Ella solamente asistió la escuela hasta el primer grado, viéndose obligada a abandonar la escuela para trabajar por su propia cuenta para ayudar a su familia.
“Éramos ocho hermanos y nos tocaba trabajar deshierbando o sembrando arroz y maíz”, dice Carmen. Sin poder leer ni escribir, Carmen usa su huella digital cuando tiene que firmar un documento. Lucha por mantener a sus hijos con sus pocos ingresos y tiene que depender de su hijo Franklin para ayudar con los gastos de la casa.
Cuando Franklin fue contratado en una finca de cacao, Carmen pudo enviar a Tatiana a la escuela. A la edad de 7 años Tatiana fue inscrita en el segundo grado, aunque no sabía leer ni escribir ni había estado en un salón de clase antes. No tenía el mismo nivel de aprendizaje que sus compañeros y temía irse a clases.
“No sabía ni escribir la letra ‘a’”, dijo Carmen.
Tatiana llegó a casa frustrada cada día. Se sentía perdida e incapaz de participar en clase. Entre lágrimas, le dijo a su mamá que no quería volver a la escuela. Sin poder ayudar a su hija debido a su propio analfabetismo, Carmen sentía pena.
Todo cambió cuando Carmen supo del programa de refuerzo escolar de Children International. Los Maestros o voluntarios mayores quienes conocen a los niños y se preocupan por sus logros académicos, lideran a los tutores, y les dan capacitaciones para asegurar la calidad de instrucción y apoyo.
Cada semana los estudiantes asisten a 2 o 3 sesiones de tutoría con una duración de aproximadamente una hora. Las clases enfatizan la matemática y la lectura. Además, el personal habla con los padres para monitorear el progreso de los alumnos y animar a los padres a que les apoyen en sus estudios. Carmen estaba segura de que Tatiana recibiría la ayuda que necesitaba en el centro comunitario local.
92% de participantes incrementaron su aptitud en lectoescritura y matemática
La confianza de Carmen era de esperarse. Nuestros informes muestran que después de asistir a cursos de reforzamiento escolar, los niños en el programa de Children International aumentaron su competencia en lectoescritura y matemática en un promedio de 92 por ciento.
Poco a poco, el personal local le enseñó a repetir las letras y en tan solo dos meses Tatiana aprendió a leer.
Tatiana continúa visitando el centro comunitario para recibir refuerzo escolar y avanzar sus estudios. A través de servicios como el centro de computación y la biblioteca, su lectoescritura indudablemente mejorará y Tatiana podrá prepararse para la vida que ella se merece.
Para Tatiana y su madre, el futuro se ve de lo más prometedor.
Comentarios
carlosgonzalez
feb 6, 2019
Es bien triste saber que hay tanta gente que no sabe leer ni escribir
n23foster
feb 7, 2019
What a heart-warming story. More than one of my sponsored children have received tutoring through Children International, and it's made huge difference in their reading and math skills, and self-confidence.
psbush
feb 7, 2019
This Story brought Tears to my eyes. I fell like the little I give every month is nothing. Families face such huge challenges all around the world. I wish I could do more. I am just one person who has little left now, but I wish I could do more than I was doing.
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