Tengo ojos cafés, cafés como ese café sin leche, ni azúcar, que tomo habitualmente por la mañana. Sin embargo eso es lo único amargo que considero en mi vida. Aunque mis ojos ven borroso sin lentes, lucho por que mi mente no sea miope ante las grandiosas peculiaridades que la cotidianidad regala. Eterna aprendiz de comunicar pero sobre todo de transmitir y transportar contando historias. Espero transportarte a este mundo, el mundo de Children International.