Cómo influye el liderazgo centrado en valores en la cultura organizacional

Serie de Reflexiones de liderazgo – Septiembre 2019

“La cultura se desayuna a la estrategia”, solía decir el gurú de negocios Peter Drucker. ¿Por qué razón? La cultura es en realidad el identificador único de una organización. Otros pueden copiar prácticamente cualquier otro aspecto —la estrategia, los productos o servicios y todo lo demás— pero la cultura es propia de la organización, para bien o para mal.

una mujer con una chaqueta negra y una camisa blanca María Fernanda Corral
VICEPRESIDENTA GLOBAL DE CRECIMIENTO DEL TALENTO

Vemos potencial en todos y en todo lugar”. Yo creo profundamente que las personas tienen inherentemente grandeza en su interior y que, si les damos las oportunidades correctas, van a alcanzar todo su potencial.

A través de los años, los líderes de negocio han invertido tiempo y energía en materia estratégica, pero no han sido tan intencionales en la construcción de una cultura adecuada para su organización. Uno de los elementos más importantes en crear una cultura organizacional positiva radica en que el equipo de liderazgo viva los valores centrales de su organización. Es posible observar estos valores en la forma cómo los líderes toman decisiones, interactúan con sus equipos o con socios externos, se desempeñan en sus labores cotidianas y también en cómo determinan los comportamientos que promueven o toleran en los miembros de sus equipos.

Como Vicepresidenta Global de Crecimiento del Talento en Children International, una organización humanitaria mundial que ayuda a la niñez a liberarse del ciclo de la pobreza, estoy centrada en desarrollar líderes que puedan construir una cultura fundamentada en valores, la cual nos permita cumplir con nuestra misión. Me permito compartir a continuación algunas reflexiones:

Los valores centrales son importantes

Para lograr una cultura efectiva hay que invertir tiempo y esfuerzo, desde el inicio, en identificar los valores centrales de la organización. En Children International, después de un trabajo sustancial de introspección y el involucramiento de muchos colaboradores, identificamos los valores que representan a nuestra organización.

Nuestros valores son:

Vivimos nuestra misión
Vemos potencial en todos y en todo lugar
Las conexiones humanas importan
Aprendemos siempre
Somos responsables por el impacto

Estos valores se encuentran íntimamente conectados con nuestra misión y visión de unir a las personas para acabar con la pobreza de una vez por todas. También son únicos ya que representan lo que somos como organización y nuestras creencias más arraigadas. Nuestros valores constituyen el cimiento de nuestra cultura organizacional e incluyen comportamientos claramente definidos y observables.

Por ejemplo, ejemplo, analicemos “vemos potencial en todos y en todo lugar”. Yo creo profundamente que las personas tienen inherentemente grandeza en su interior y que, si les damos las oportunidades correctas, van a alcanzar todo su potencial. Como líder les ayudo a liberar su potencial al brindarles coaching, retroalimentación constante y apoyo para llevar a cabo sus planes de desarrollo. El verdadero poder está en poner en práctica nuestros valores y es entonces cuando los cambios se dan.

María Fernanda observa a los jóvenes tocar en la Orquesta Juvenil

Escuchar primero

Recientemente realicé un “recorrido de escucha” con el fin de observar de primera mano lo que está sucediendo en nuestras agencias y centros comunitarios en todo el mundo, en lugares como Zambia, Ecuador, Filipinas, República Dominicana y otros.

En cada ubicación vi cómo nuestros colaboradores viven estos valores, a través de sus acciones, el lenguaje que utilizan y al incentivarse unos a otros mediante nuestro programa de reconocimiento llamado “Valores en acción”. Nuestros empleados están verdaderamente entregados a la juventud que servimos y les importa mucho hacer la diferencia en este mundo. Sucede lo mismo con nuestra sustancial fuerza de voluntariado (más de 9,000) donde el 98% son mujeres. Recuerdo con gran admiración cuando una voluntaria me compartió: “Acababa de dar a luz a mi bebé. Me realizaron una cesárea. Y tuve que envolverme el estómago, pero aún así me presenté a apoyar. Children International me ha enseñado a valorarme como mujer y como madre”. Su pasión, movitación intrínsica y compromiso me impresionaron enormemente. Creo que al vivir deliberadamente los valores, todos estamos contribuyendo con el cumplimiento de nuestra misión.

Se requiere el compromiso y la conciencia plena de parte de todos, en especial del equipo de líderes, para lograr la cultura correcta donde todos los empleados se sientan valorados al realizar un trabajo significativo, con la certeza que pertenecen a un equipo ganador dentro de un ambiente de confianza.

Los líderes trazan el camino

En Children International mi trabajo es equipar a nuestros líderes con la mentalidad, destrezas y herramientas correctas que les permitan construir equipos de alto desempeño, los cuales reflejen nuestra cultura centrada en valores. A lo largo de los próximos dos años estaremos desarrollando a 200 líderes dentro de nuestra organización para que desempeñen cuatro roles esenciales de liderazgo, los cuales se encuentran alineados a nuestros valores institucionales:

Inspirar una cultura de confianza
(la conexión humana importa)
Crear una visión compartida y una estrategia
(vivimos nuestra misión)
Ejecutar las metas en equipo 
(somos responsables por el impacto)
Desatar el potencial a través del coaching
(aprendemos siempre + vemos el potencial en todos y en todo lugar)

 

Cuando los líderes priorizan la construcción de la cultura organizacional y los valores, contribuyen a atraer a colaboradores talentosos y apasionados que creen en el propósito de la organización. Además fomentan el compromiso de los miembros del equipo, aumentan la retención y mejoran el desempeño.

Los compartamientos colectivos y la pasión de nuestra gente —nuestra cultura— constituye la mayor ventaja competitiva de Children International para apoyar a la niñez y juventud a romper el ciclo de la pobreza. Su cultura puede ser también su mayor ventaja competitiva .

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