¡Oh, cuán lejos llegará!

Al igual que con las grandes ideas, todo comenzó con una simple pregunta: “¿Por qué no organizamos un grupo de ex graduados del programa de apadrinamiento de Children International?” Y así nació la Asociación de Ex Graduados de Children International – Manila (CIMAA).

Vanessa Abalos, una de las integrantes fundadoras, explica que el grupo se formó para ayudar a las personas que desarrollaron fuertes conexiones con otras —entre ellas graduados del Programa, empleados y voluntarios de Children International— para que se pudieran mantener en contacto. El CIMAA también se asegura de que sus dedicados y agradecidos miembros permanezcan conectados a la organización al apoyarla como voluntarios.

De izquierda a derecha: Vanessa, Mary Mae, Ruth y Archie bromean con fotos de su apadrinado, Jed.

Otro objetivo del grupo, actualmente formado por más de doce integrantes, fue apadrinar un niño juntos. Otra miembro fundadora, Ruth Salom, dice que cada uno de ellos siempre ha querido apadrinar un niño. “Todos somos ex apadrinados”, dice ella, “y sabemos lo mucho que estos niños necesitan de Children International. Sabemos cuán importante es ayudar a alguien necesitado, incluso a plenos desconocidos”.

Mary Mae, otra integrante del grupo, no es la única que nos dice que ha sacado provecho del apadrinamiento conjunto de Jed, de 7 años de edad quien vive en la región de Bícol en las Filipinas. “Mi grado de responsabilidad y compromiso ha aumentado”, dice ella. “El apadrinar a Jed me ha hecho trabajar más duro, porque no solo somos mi familia y yo quienes dependen de mí, sino también un niño necesitado. También nos ha dado más confianza porque nos recuerda de lo mucho que hemos crecido. Recordamos cómo la gente compartía tanto con nosotros, y hoy somos quienes comparten con los demás”.

Es emocionante imaginarse lo lejos que Jed podría llegar en la vida al contar con el apoyo y los consejos de todos estos exitosos graduados del Programa. Cada uno de ellos muestra un interés genuino en asegurarse de que él tenga todas las oportunidades posibles para superarse y realizar su potencial. De igual manera, tienen muchos sabios consejos para él —sabiduría adquirida al haber crecido ellos mismos en la pobreza—.

“Los retos que vivimos en nuestra infancia”, manifiesta Vanessa, “no nos impidieron salir adelante. Si uno tiene la oportunidad de mostrar sus talentos y habilidades, o de compartirlos, entonces compártalos. Si se puede apadrinar un niño, entonces hágalo. No puede imaginarse el gran impacto que usted tiene en la vida de estos niños”.

Ruth y Archie, miembros del grupo de graduados del Programa, le dan a su hija Francine, de 2 años de edad, un buen ejemplo de lo que es ser caritativo.

Mary Mae (durante una fiesta navideña reciente con personal de CI en Manila) dice que hoy se siente más responsable tras haberse convertido en madrina.

“Estudia mucho y trata bien a tus padres”, le aconseja Vanessa a Jed, el apadrinado del grupo de graduados del Programa.

En cuanto a Jed, él definitivamente siente el cariño de sus padrinos. “Cuando me enteré de que mis padrinos fueron apadrinados como yo, me sentí inspirado”, dice él. “También quiero ayudar a los demás cuando sea grande. Quiero ayudar a otros niños e inspirarles a que ayuden a los demás”.

Fotos y apoyo investigativo por Pauline Paguia y Eduardo Uy, coordinadores de comunicaciones, Filipinas.