- Momentos felices
- Filipinas
Puede que sea o no sea verdad, pero a menudo me siento una de las personas más dichosas del mundo. El tener la oportunidad de utilizar mis conocimientos para ayudar a niños y familias desfavorecidos es una bendición que espero nunca menospreciar. Gracias a los colaboradores y al personal de CI, todos estamos generando un impacto positivo en la vida de las personas. Para mí, la importancia del trabajo que hacemos quedó patente en un viaje a Filipinas, donde entrevisté a una familia que vivía en un sótano con un techo de metro y medio de altura. El espacio no tenía ventanas y la electricidad se cortaba con frecuencia, dejándonos a oscuras durante varios minutos. La esperanza que mantenía vivos a los padres de los niños apadrinados era el hecho de que sus hijos tenían ahora la oportunidad de contar con una vida mejor.
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