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Quito, Ecuador – Cuando un niño se integra a Children International, el apoyo del apadrinamiento afecta a su familia entera. Las madres y los padres de niños apadrinados se ven y se conocen en los centros comunitarios o programas extraescolares. Con el transcurso del tiempo, ellos forman comunidades solidarias donde se motivan a involucrarse aún más al apoyar nuestro programa como voluntarios, ofreciendo un sistema de apoyo esencial para los niños y la organización en general.
Así es como comenzó Rocío, presidenta del Consejo de Voluntarios de la región guamaní. Ella solía ser un ama de casa tímida, con cuatro hijos; siempre cuidaba de su hogar y de sus hijos. Su toque maternal es evidente en su humilde casa de bloque, decorada con flores en las ventanas y matas de maíz en su huerto. Sin embargo, no fue hasta que su hija, Rafaela, fue apadrinada que Rocío se dio cuenta de que podía utilizar su instinto maternal para lograr más.
Después de ver el impacto positivo que una madre voluntaria tuvo en los jóvenes de su comunidad, Rocío sintió que quería involucrarse.
Hoy, después de seis años, Rocío lidera un grupo de 56 voluntarios en la región guamaní y administra el Consejo de Voluntarios, un equipo de liderazgo clave que busca transformar su comunidad de adentro hacia afuera. Rocío promueve los programas de Children International para los niños y jóvenes locales, incluyendo los programas de refuerzo escolar y desarrollo sociodeportivo, los cuales les ayudan a destacarse en la escuela y desarrollar habilidades sociales y de liderazgo que les ayudarán a encontrar empleo estable. Ella también gestionó varios proyectos de mejoramiento comunitario, entre ellos: una alianza con un ingeniero para construir huertos comunitarios donde las familias podrían vender sus cultivos por ingresos adicionales; colaboración con el concejo municipal para ampliar los campamentos veraniegos; y gestión de un proyecto en colaboración con un banco de comida para combatir la escasez alimentaria.
Conocida como alguien que “sabe cómo obtener resultados”, Rocío sigue formando relaciones dentro de su comunidad, colaborando de cerca con el gobierno local para provocar un cambio más amplio. Mara Guamangallo, oficial de campo para la región guamaní en Quito, se siente agradecida por el arduo esfuerzo de Rocío.
Con los años y sus muchos logros, Rocío mantiene su espíritu maternal y humildad en todo lo que hace.
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